Una de las mayores preocupaciones de los agricultores que se dedican a la producción de trigo y cebada tras recoger la cosecha es la de cómo conservar y almacenar estos populares granos hasta que se produzca su venta.
En el siguiente artículo vamos a comentar los principales factores que deben ser tenidos en cuenta de cara a minimizar las perdidas en la fases previas a la de procesamiento de estos cereales por la industria que interviene.
No realizar una buena conservación y almacenamiento del trigo y cebada puede dar lugar a una perdida de rentabilidad en la explotación así como que estos cereales den lugar a productos finales, tipo harinas y aceites, e incluso cerveza, de menor calidad.
Tabla de contenidos
ToggleFactores principales que afectan al almacenamiento y conservación del trigo y cebada
Normalmente el almacenamiento de grano se realiza indistintamente en bolsas de plástico o tela, silos y celdas. Esto va a depender del tamaño de la cosecha y explotación. Has de saber que independientemente del soporte en el que se realice los cereales de los que hablamos en este artículo (bien podrían ser otros como centeno, avena, maiz, etc ) hemos de conocer los factores que más van a influir en un buen almacénale y conservación. Cuidar la humedad, temperatura y limpieza es fundamental para que se mantenga una buena rentabilidad y calidad en el cereal de nuestra explotación.
Puedes ver como funciona un silo en el siguiente video:
Empecemos por la humedad.
Es un factor muy a tener en cuenta. Un exceso de humedad podría hacer germinar el grano o la aparición de hongos y la falta de humedad un secado prematuro que le haría perder sus propiedades.
Con respecto a la temperatura.
Para cuidar bien lo cosechado que se debe almacenar con una temperatura igual o inferior a la humedad, que es del 14% para trigo y 12% en el caso de cebada.
En relación a la temperatura recomendamos que se mantenga a ser posible por debajo de los 17º en cualquier de los casos. Permitirá retrasar su deterioro.
En trigo y cebada, las altas temperaturas estivales incrementan el riesgo de deterioro, acelerando los procesos biológicos de descomposición y atraen insectos y posibles plagas que los puedan atacar.
Tiempo de almacenamiento del trigo y cebada
Otro cuestión que se plantea entre los productores de trigo y cebada es el tiempo de almacenamiento. Un mayor tiempo de almacenamiento y conservación implica un mayor riesgo de deterioro y perdida de calidad.
Insectos y plagas
Los insectos, son los grandes «enemigos» de los cereales junto con los hongos. Este riesgo se acelera cuando se cumplen algunas condiciones ambientales concretas de altas temperaturas y humedad alta. Emplear tierra de diatomeas durante su conservación nos será de gran ayuda tanto para contener la humedad, debido a su cualidad absorbente y a paliar posibles plagas.
Cómo realizar correctamente el almacenaje y conservación de cereales
Ahora que ya conocemos donde se realiza el almacénale de los cereales y qué factores son los que debemos tener en cuenta vamos a explicar cómo conservar y almacenar de forma correcta así como alguna técnica muy utilizada.
Si lo hacemos en bolsa, ya sea de plástico o tela un aspecto fundamental es almacenar el grano seco, porque al igual que las estructuras tradicionales, a más humedad existe un mayor riesgo de deterioro.
Si se realiza en silos y celdas deberíamos realizar una técnica denominada descorazonado. Consiste en extraer el centro de la masa de granos, eliminando la mayoría del material fino como nos sea posible que normalmente se concentra en el centro del embalse. Cuanto más fino el material más posibilidad de acumular humedad tiene, y como te hemos explicado con anterioridad, no es nada aconsejable para la salud de tu grano.
Como conclusión te diremos que independientemente del contenedor empleado te aconsejamos que controles la ventilación. Esto ayuda a mantener la temperatura adecuada. Emplea absorbentes naturales, como la tierra de diatomeas, para controlar la humedad y posible proliferación de plagas es también más que recomendable. Trata de reducir la dependencia que tenemos en el uso de insecticidas químicos que dejan residuos. Y por último realiza un monitoreo o control visual del grano para detectar prematuramente alteraciones y la existencia de insectos o bichos que puedan afectar a nuestra cosecha.